En planta, las zapatas para
columnas individuales son en general cuadradas. Se
utilizan zapatas rectangulares cuando las restricciones de
espacio obligan a esta selección o si la columna apoyada
tiene una sección transversal rectangular bastante alargada. En su
forma más simple, constan de una losa sencilla
(ver la figura 16.5a).
Otro tipo es el que
aparece en la figura 16.5 b donde se interpone un
pedestal o dado entre la columna y la losa de la
zapata; el pedestal proporciona una transferencia de carga más
favorable y en muchos casos se requiere con el fin
de suministrar la longitud de desarrollo necesaria para
los bastones. Esta forma se conoce también como
una zapata escalonada. Todas las partes de una zapata
escalonada deben vaciarse en la misma colada, con el fin de
proveer una acción monolítica.
Algunas veces se utilizan zapatas acarteladas
como las de la figura 16.5 c. Éstas consumen menos concreto que las
zapatas escalonadas, pero la mano de obra adicional necesaria para
producir las superficies acarteladas (formaletas, etc.) hace
que las zapatas escalonadas sean casi
siempre más económicas. En general, las zapatas de losa sencilla
(ver la figura 16.5a) son las más económicas para
alturas de hasta 3 pies.
Las zapatas para columnas individuales
representan voladizos que se proyectan hacia afuera desde la
columna en las dos direcciones y cargados hacia
arriba con la presión del suelo. En la superficie
inferior se producen los correspondientes esfuerzos de
tensión en estas dos direcciones. En consecuencia, estas
zapatas se refuerzan mediante dos capas de acero
perpendiculares entre sí y paralelas a los bordes.
El área requerida de
contacto se obtiene dividiendo la carga total, que
incluye el peso propio de la zapata, por la presión de contacto
seleccionada. En esta etapa debe estimarse el peso
de las zapatas que generalmente está entre un cuatro por ciento y un ocho
por ciento de la carga de la columna, intervalo en el que el
primer valor es aplicable a los tipos de suelo más
fuertes.
Al calcular los momentos flectores y
los cortantes, únicamente se considera la presión hacia arriba qu, generada
por las cargas mayores de la columna. El peso
mismo de la zapata no produce momentos ni cortantes, al igual que
no existen, obviamente, momentos ni cortantes en un libro que descansa
sobre la superficie de una mesa.
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